Hacia 1830 se instala en la calle Baluarte una fuente pública de pared con dos bocas, la segunda en importancia del barrio, y para construirla se utiliza piedra de la cantera de Montjuïc.
En la actualidad las fuentes públicas parecen carecer de valor pero, en momentos en que el abastecimiento de agua no llegaba a cada casa, las fuentes eran vitales para los vecinos y al mismo tiempo se transformaban en centros de reunión donde se paliaban los momentos de espera poniéndose al día de los acontecimientos del barrio.
Durante varios años, seguramente por problemas de incivismo, esta fuente histórica se ha mantenido oculta bajo un cristal y ahora ha vuelto a descubrirse con la intención de que sea rehabilitada próximamente.
En la actualidad las fuentes públicas parecen carecer de valor pero, en momentos en que el abastecimiento de agua no llegaba a cada casa, las fuentes eran vitales para los vecinos y al mismo tiempo se transformaban en centros de reunión donde se paliaban los momentos de espera poniéndose al día de los acontecimientos del barrio.
Durante varios años, seguramente por problemas de incivismo, esta fuente histórica se ha mantenido oculta bajo un cristal y ahora ha vuelto a descubrirse con la intención de que sea rehabilitada próximamente.
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