Todas las historias tienen un principio y el nuestro como barrio empieza con unas pequeñas casas de una planta y piso que se extendieron a partir de 1753 por toda esa pequeña península llamada Barceloneta.
Las casas no sólo eran especiales por su apariencia exterior, siempre contaban con dos ventanas y una puerta central en su planta inferior y dos ventanas y balcón en la superior, si no por respetar en trazado del barrio ya que la anchura de la calle era proporcional a la altura del edificio lo que garantizaba una adecuada ventilación así como luz solar suficiente lo que pretendía ser higiénico, ahora que está tan de moda, y saludable frente a las calles lúgubres y apagadas del antiguo trazado barcelonense medieval del interior de muralla.
Hemos visitado las obras de la Casa del Porró, que ya están bastante avanzadas, en el interior se ha optado por espacios diáfanos y en el exterior ya empiezan a surgir los antiguos colores y diseños imitando a obra vista se están haciendo pruebas buscando la mejor combinación.
Falta poquito para ver el espacio recuperado y libre de andamios..
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